Empezaron a pintar paredes por ahora sin revelar que van a disputar en soledad el año próximo. Por perfil, apuntan al voto del macrismo desilusionado.
Mientras en la superficie todos los espacios políticos siguen jugando al distraído, por debajo hay movimientos acelerados para esperar la convocatoria a elecciones anticipadas. En este contexto, van decantando algunas definiciones. Por ejemplo, la candidatura a gobernador de Martín Turcumán por el partido ADN, en soledad y con aspiraciones a terciar entre el peronismo de Sergio Uñac y el macrismo de Marcelo Orrego o quien fuere designado para encabezar Cambiemos en 2019.
Tras la reforma del Código Electoral en abril, el gobernador quedó habilitado para llamar a elecciones hasta 200 días antes de que finalice su mandato. Los sanjuaninos podrían votar no más allá de mayo o junio del año próximo. Hay fuertes versiones acerca del 12 o el 19 de mayo, pero son solamente eso: conjeturas incubadas en los pasillos de Paula y Libertador. Uñac tiene la facultad de firmar el decreto y jamás descubriría antes de tiempo su calendario.
No obstante, el adelantamiento es una posibilidad que ningún espacio político puede obviar. Aunque Turcumán no lo admitirá en lo inmediato, una alta fuente de su partido confirmó que es decisión tomada impulsar su postulación a gobernador por afuera de los grandes frentes ya consolidados en la provincia.
A modo de anticipo, en los últimos días aparecieron pintadas con el apellido Turcumán, a modo de recordatorio y sin mención al 2019. Mucho menos, a una eventual candidatura. Vale como primer paso en esa dirección.
La decisión de no asociarse a ninguna otra fuerza partirá el escenario el año próximo. Se repetirá de esta manera el tablero de las legislativas nacionales de 2017, aunque con un actor menos, porque Mauricio Ibarra y su Frente Somos San Juan se incorporaron al uñaquismo. Quedarán aparte las expresiones de Izquierda y Frente Progresista.
Turcumán asomó a la política en 2015, cuando fue promovido por el PRO como candidato a gobernador y obtuvo el tercer puesto. Apenas unos meses más tarde rompió con el macrismo, más por diferencias con el titular del partido en San Juan, Eduardo Cáceres, que con el flamante presidente de la Nación. Pero luego, con el desarrollo de la gestión, empezó
a distanciarse también del macrismo imputándole rasgos del kirchnerismo, en tono negativo.
Logró la personería política del partido ADN sobre la hora de la inscripción de las listas, en las elecciones legislativas de mitad de mandato en 2017. Pudo presentar candidatos propios. Encabezó él mismo como postulante a senador, en fórmula con Vicente Mut para la diputación nacional. Quedó cuarto en el escrutinio, con el 3,06% de los votos.
No solo quedó muy por debajo de sus aspiraciones originales, sino que también le tocó perder la pulseada con Ibarra. El rawsino obtuvo un magro 4,67%, lejos de sus pretensiones. Pero aún así la disputa simbólica por el tercer lugar del podio quedó para Somos San Juan.
Con el ibarrismo alineado dentro del Frente Todos, ADN volverá a la carga el año próximo ya con la certeza del tercer puesto y con expectativas de crecimiento. Por el perfil de Turcumán, entienden que podría captar los votos del macrismo desencantado. Su participación, en principio, le restaría más a Cambiemos que al PJ. El desafío para Turcumán será aumentar el caudal para empezar a sembrar concejalías y hasta alguna banca en la Legislatura, con el sello propio.
Para ello cuentan con que Orrego –o el candidato que emerja de Cambiemos- obtendrá un menor porcentaje de votos que el histórico del basualdismo, por el malestar social que cosecharon las políticas de Mauricio Macri. El re-reelecto senador Roberto Basualdo obtuvo su banca el año pasado con el 32,33% de los sufragios. Los turcumanistas –habrá que acuñar el neologismo- estiman que si ese valor fue obtenido en la cúspide de la ola amarilla, hoy podría considerarse un techo muy distante.
A modo de anticipo de esta estrategia, en los últimos días aparecieron numerosas pintadas con el apellido Turcumán, el sello de ADN y un sugestivo slogan: “El verdadero cambio”. Tiro por elevación a sus ex colegas del macrismo que embanderaron el cambio en 2015 con éxito a nivel nacional, aunque no les alcanzó para cortar la racha peronista en San Juan.
Por otra parte, aspiran a captar con Turcumán el voto anti-kirchnerista que solo por ese rasgo tampoco podría irse con Uñac. Más allá de que el gobernador nunca se haya identificado con la expresidenta, hoy impulsa un gran acuerdo de unidad dentro del peronismo sin exclusiones. Ese voto anti-k entrará en disputa entre Cambiemos y ADN o, al menos, esa es la aspiración de este último.
Dan por descontado que Uñac va encaminado a una reelección sin sobresaltos por holgado margen. Parten –como todos- de la performance electoral de 2017, cuando su hermano Rubén ganó la senaduría con el 54,51% de los sufragios. Además, no es secreto que el gobernador conserva altos niveles de imagen positiva e incluso su nombre es mencionado como presidenciable. Quien puede lo más, puede lo menos.
Por eso la especulación apunta a terciar en la pulseada y romper la polarización. Acercarse a Cambiemos en el lote del 40 por ciento no peronista, apalancado en la libertad de no estar atado a ningún espacio político nacional. El desdoblamiento de las elecciones hará que la
discusión se provincialice, es verdad. Pero la referencia a la Casa Rosada estará presente en la campaña, de manera ineludible. Aún cuando Orrego propuso conformar un frente sanjuanino sin la marca del macrismo, en caso de comicios anticipados.