Generalmente son zonas montañosas donde la energía fluye de otra manera y donde cada uno la usa según su corazón y sus fines.
Dicen los que saben, que así como el cuerpo humano tiene sus chakras o zonas energéticas, la tierra también las tiene. Es por eso que los rituales no se hacen en cualquier lado, son más efectivos donde la energía fluye.
Esos puntos existen en todo el planeta, y por supuesto, en San Juan. El Pie de Palo, Villicum, el Cerillo Barboza, la Sierra Chica de Zonda, las Sierras Azules e lschigualasto son algunos de los vórtices energéticos naturales de la provincia. Por eso estos lugares son ideales para hacer desde rituales de magia negra hasta meditación y contacto con seres de luz.
“El ser humano tiene 7 chakras principales por donde fluye la energía y la tierra tiene los suyos. Por ejemplo, el Uritorco es uno de los principales chakras de la tierra, es un vórtice energético natural muy grande. Hay otros sitios que son como chakras adicionales, el Pie de Palo es otro vórtice y por eso toda esa zona es muy energética: Vallecito y el paraje Difunta Correa, San Expedito en Bermejo, el santuario de Caputo, son zonas donde los milagros se producen al ser puntos energéticos fuertes. Esto, sumado a la energía de cada persona, hace que se cumplan los milagros”, explicó Jorge Pérez, que desde hace varios años estudia algunas cuestiones relacionadas con la energía y lo “inexplicable”.
Este es el criterio según el cual los monumentos y las iglesias se planifican en lugares específicos, determinados por vórtices energéticos. Entonces, la energía del lugar más la energía de la gente, es una carga de protección espiritual.
“Esos lugares son energéticos y los podes ocupar para meditar y volver como nuevo, pedir algo o usarlo para el mal porque la energía se ocupa para todo y no discrimina”, señaló Jorge.
Son varios los sitios en internet dedicados a este tema que hacen referencia a lo mismo: la Tierra está atravesada por una sutil corriente eléctrica que corre alrededor del planeta entero. Estas corrientes eléctricas son conocidas como «Ley Lines» y son algo así como las venas de la Tierra.
Esas líneas se cruzan en ciertos puntos, esos puntos son los que concentran la energía y es allí donde ocurre la mayoría de las anomalías científicas o lo que otros llaman milagros.
“Hay lugares en los que la gente que hace meditación ha tenido contacto con seres de luz, hay una conexión que es real, lo hemos comprobado, es algo que se siente. Entonces llega un momento en el que aceptás, pero también ves que no toda la gente está preparada para eso, no todos están listos para esta evolución. Pero a todos nos llegará en algún momento”, dijo Pérez.
Líneas Ley
El término fue acuñado en 1921 por el arqueólogo aficionado Alfred Watkins, en sus libros Early British Trackways y The Old Straight Track, quien trató de identificar rastros antiguos en el paisaje británico.
Según Wikipedia, las líneas ley son supuestas alineaciones de distintos lugares de interés geográfico e histórico como, por ejemplo, los antiguos monumentos y megalitos, partes altas del terreno natural y vados.
En 1969, el escritor John Michell revivió el término líneas ley y lo asoció con las teorías espirituales y místicas sobre las alineaciones de las formas del terreno, basándose en el concepto chino del feng shui. Él creía que en Gran Bretaña existía una red mística de líneas ley.

El concepto está definitivamente asociado a los conocimientos que los chamanes tenían en América desde tiempos inmemorables. Un ejemplo cercano es el que plasmó el antropólogo peruano nacionalizado norteamericano, Carlos Castaneda. En sus libros contó las enseñanzas de un chamán nagual tolteca Don Juan, quien lo introdujo en el mundo chamánico tras un intenso entrenamiento de modificación de la conciencia.
En el libro “Viaje a Ixtlán” Castaneda escribió: “De súbito, sentí que mi cuerpo era golpeado, y luego envuelto por algo que me encendía. Tomé conciencia entonces de que el sol brillaba sobre mí. Yo distinguía vagamente una cordillera distante hacia el occidente. El sol casi se ocultaba en el horizonte. Yo lo miraba de frente, y entonces vi las “líneas del mundo”. Percibí en verdad una extraordinaria profusión de líneas blancas, fluorescentes, que se entrecruzaban en todo mi alrededor. Por un momento pensé que tal vez se trataba del sol refractado por mis pestañas. Parpadee y volví a mirar. Las líneas eran constantes, y se superponían a todo cuanto había en torno, o lo atravesaban. Me di vuelta y examiné un mundo insólitamente nuevo. Las líneas eran visibles y constantes aunque yo no diera la cara al sol”.
Algunos de los templos y monumentos más emblemáticos del mundo, incluyendo las pirámides egipcias, Machu Picchu, Stonehenge y Angkor Wat, se construyeron en los puntos exactos de intersección de las líneas energéticas de la tierra. Lo que deja en claro que las civilizaciones antiguas ya conocían el poder de estas corrientes energéticas.